Después de muchos ires y venires, por el momento vivo y trabajo en Paris, en el artístico barrio de Montmartre.
Mi narrativa visual es una exploración de la belleza perdida en un mundo tan mágico como doloroso.
A través de mi trabajo artístico busco rendir homenaje a los pueblos originarios, mientras cuestiono el lugar de la estética en la sociedad actual. ¿Qué es lo bello? ¿Quién nos dice a quién debemos pintar o admirar? ¿Por qué debemos seguir canones de belleza en donde ciertos colores de piel y ciertas caras nunca aparecen?
El cuerpo pintado se convierte entonces en un complejo teatro donde muestro emociones, mis emociones, las emociones de los personajes que me habitan, que habitan esta tierra. Me miro y nos miro en este espejo del mundo en que vivimos.
Les invito a ver la belleza en todas partes, en un lugar lejano, en la distancia, en el interior.
¿Quién soy y qué pinto?
¿Por qué pinto ?
El arte es un regalo. Un regalo de los dioses. Mi incapacidad para expresar con palabras lo que me conmueve me ha llevado a pintar. Quiero transformar el caos en éxtasis estético. Quiero reparar la belleza. Quiero dibujar mis paraísos perdidos. No ocultaré nada, ni el sufrimiento de nuestra condición, ni el soplo milagroso de la vida, ni la marcha cruel del mundo.